En el silencio hay... lo que hay en tu corazón. En el silencio hay lo que hay en tu vida, no hay otra cosa.
Quizás te sorprenda... al iniciar... este camino, que de repente cuando trabajas y buscas descansar, atender en el silencio, aparecen mil informaciones que van contigo y que pensabas estaban olvidadas o pensabas no te herían, ni te afectaban y de repente aparecen recuerdos, aparecen situaciones, aparecen muchos pensamientos. Todo eso no es extraño a ti, todo eso va contigo y todo eso está bien que aparezca, porque eso es lo que has de vivir, eso es lo que has de asimilar.
En la vida hay muchas cosas que no hemos vivido bien, en la vida hay muchas cosas que hemos querido... olvidar y en cuanto hacemos silencio las cosas se nos presentan como pidiéndonos cuenta, las cosas se nos presentan como diciendo: "aquí estamos, a ver que haces con nosotras".
Son recuerdos a veces dolorosos, son episodios que no hemos admitido, son episodios ante los cuales nos hemos resistido a coger y nuevamente se nos hacen presentes en la primera oportunidad. Su oportunidad es el silencio, porque otras veces no les dejamos aparecer, el silencio es un momento en el que no existen grandes estímulos, mejor dicho no existen los estímulos, de alguna manera en el silencio se neutralizan los estímulos y por eso también se neutralizan, se anulan, nuestras respuestas, y es por eso que en el silencio aparece lo que va... como... dormido, como... aletargado en nosotros. En la vida nos distraemos, nos escapamos detrás de esos estímulos, mejor detrás de nuestras respuestas a los estímulos, pero en el silencio no hay escapatoria, en el silencio uno no puede marcharse, en el silencio todo se nos hace presente, todo está ahí. Y se nos hace presente para que lo vivamos, para que lo aceptemos, para que nos hagamos cargo de ello.
El silencio, por eso, es profundamente curativo, es profundamente pacificador, porque esas situaciones sin resolver, esas situaciones, que van como alojadas, que van como... metidas en nuestra propia historia y en nuestra propia vida, se nos hacen presentes con el afán de que nosotros las vivamos, de que nosotros las aceptemos, de que nosotros nos hagamos cargo de ellas. Por eso no es justo, no es solución el escapar del silencio. Uno no puede escapar de si mismo, y está bien eso, está bien que sea así. Por eso, cuando llegue la hora del silencio, cuando llegue la hora en la que alguna situación de tu vida se te haga presente, busca el vivirla, busca el asimilarla, busca el aceptarla, todo se supera cuando se acepta, todo se supera cuando en el silencio se mira, se ve, se digiere y se pacifica. El silencio así nos salva, en el silencio se redime todo, en el silencio se cura todo, en el silencio nace todo. Deja en el silencio que todo se asiente, deja en el silencio que todo se vaya posando.
Cuando hace mal tiempo, cuando el tiempo está revuelto, cuando hay tormenta, miramos al cielo y decimos: “pues, no acaba de asentar” cuando el tiempo asienta, la atmósfera está limpia, el cielo está despejado, y como que todo se llena de vida.
Después de una tormenta, después de una lluvia aparecen las montañas en el horizonte y nacen miles de fuentes. Cuando en el silencio toda esa agitación, toda esa turbación se va posando, se va asentando, verás como aparece un paisaje interior lleno de armonía, lleno de esperanza, lleno de silencio, pero también en ese lleno, en esa llanura de silencio existe una llanura de paz, y aparecen las fuentes, aparece el manantial que está en lo hondo de tu corazón, la atmósfera queda limpia cuando llueve y el horizonte parece más despejado.
Tras del silencio, tu corazón también estará más despejado, tras el silencio tu corazón también será un manantial, tras el silencio recobrarás la vida, recobrarás la plenitud de tu ser. En el silencio vas a aprender también una cosa que puede ser de mucho interés para ti. El hombre suele vivir... vivimos los hombres cargados de dependencias, del mundo, del cosmos, de la creación, de los otros... en el silencio vas a aprender que sobretodo dependes de ese soplo. En el silencio vas a aprender que en ti hay cuanto necesitas, que no careces de nada, que no tienes que buscar nada lejos de ti, que no tienes por que buscar nada que esté fuera de ti. En el silencio se te revela que todo está en tu corazón, que todo está ahí, al otro lado de tu piel, muy cerca de ti. en el silencio todo se puede armonizar, en el silencio vas a aprender que no te recibes de nadie, ni de las opiniones de los otros, ni del reconocimiento de los otros incluso... casi, casi... iba a decir que no te recibes del amor de los otros. Es posible que te suene a una exageración, pero atiende a tu vida, atiende en el silencio a este soplo y verás que te recibes, que sobretodo te recibes de él, no de lo que los demás piensen, de lo que los demás hablen, de lo que los demás valoren, sino que te recibes de ese soplo, de esa presencia, de ese viento, de ese Dios.
En el silencio aprendes que te recibes de ti mismo, en el silencio aprendes una autonomía que te da libertad, en el silencio vas a vivir lleno de seguridad, sin ninguna dependencia, no vives a expensas de nadie, no tienes porque vivir en dependencia de nada. Te recibes de una fuente, de una presencia, de un soplo, de un viento que no te falta. En el silencio te recibes de ti mismo.
¡Comprueba esto! ¡Verificarlo día tras día! y verás como florece en ti la libertad, verás como renace en ti la autonomía, verás como renace en ti la firmeza, la armonía, la seguridad, verás como renace en ti una paz que no tiene fin.
1 comentario:
DETRAS DEL LLANTO QUEDA EL SILENCIO, DETRAS DEL SILENCIO QUEDA EL RECUERDO Y DETRAS DEL RECUERDO QUEDO EL MOMENTO SOMOS COMO AVES Y POR NATURALEZA DEBEMOS EMIGRAR ASI COMO LAS PIEDRAS RODAR, Y CUANDO EXISTA UNA DESPEDIDA AL FINAL SIEMPRE LA VIDA CONTINUA...
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